Viena I y II. Turistada tras turistada recorremos Viena.
Sabemos que ayer no escribimos el post, pero fue un día intenso y llegamos cansados y tarde al apartamento, así que decidimos dejar Viena en solo un post, así que intentaremos no ser muy chapas pero explicaremos todo lo que hicimos y cómo se han fraguado estos dos días.
Ayer nos levantamos pronto porque a las 9:00 cogíamos un bus dirección Viena. Para las 7:45 estamos esperando a un taxi que llamamos mediante la aplicación Bolt, llego en un minuto y en poco más de 15 estábamos en la estación de autobuses y trenes. La de trenes es de cuando a Jesucristo le pusieron el chupete; la de autobuses ya es de este siglo. No encontrábamos la parada de RegioJet, así que fuimos a preguntarle a una "amable" señora que estaba en la ventanilla de transporte internacional con una amabilidad inaudita:
Monkeys: Perdone sabría decirnos dónde podemos coger este autobús??
"Amable señora": Yo no se nada de donde sale ese autobús.
Monkeys: Pero ...
"Amable": Aquí nadie sabe nada sobre esa compañía.
Básicamente, nos despachó diciendo, otros dos tipos que no compran mis billetes y que, encima, les tengo que decir dónde hay que coger el bus. Es como si estuviera oliendo a mierda todo el día. Joder, que mala baba nos puso, pero borde como ella sola. Salimos y ya con dudas de que fuera allí, empezamos a mirar otra vez por internet y San Google que casi nunca miente nos indicaba que era allí, bueno a unos 20 metros. A lo lejos divisamos en un apartado un bus amarillo, nos acercamos y era allí en ese puto lugar, apartado de la estación central donde paraban los autobuses de RegioJet. Señores de RegioJet o pagáis más para estar en la estación central o ponéis un puto cartel grande para que la gente os pueda encontrar más fácil. Ahí lo dejamos.
3 horas más tarde, estábamos en Viena y no, no ha habido parada en todo el camino; de seguido, como el pasodoble. Al llegar habíamos quedado con el gerente del apartamento en la estación de autobuses, porque nos hacía un "free tour" por la ciudad y nos acompañaba hasta los apartamentos.
Después de un rato charlando con él en la estación de autobuses, nos dirigimos a dejar las cosas al apartamento.
El "free tour" (turistada con el pavo este, dando la murga) duró como unas 3 horas, pero se nos hizo como unas 24. Madre mía que chapa, no sabemos si fue el calor, el cansancio del autobús o el tono de voz, pero se nos hizo eterno. Sí, es verdad que nos hizo un recorrido por "todo" el centro de la ciudad o por los monumentos más característicos de Viena, de una manera más o menos rápida. Pero a nosotros cada minuto se nos hacía horas y no veíamos el momento de que se fuera y nos dejara disfrutar de la ciudad solos. Igual fue que el "free tour" era sólo para nosotros y parece que no te puedes escapar de cualquiera de sus explicaciones, pero se nos hizo un poco bola y, eso que era en castellano. Si llega a ser en inglés, me tiro al Danubio a la primera de cambio. La cosa es que acabamos del tour hasta los huevos. Eran las 17:00 y sin comer nada desde las 8:00 así que, en cuanto se fue, asaltamos el primer garito callejero de salchichas y pillamos unos hot dog. No sabemos si era el hambre o que realmente estaban buenos pero nos supieron a teta, madre mía que buenos. Sentados en un parque a los pies del museo Albertina y al lado de la opera nos comimos los hot dog más buenos de la historia.
Después de descansar un ratillo, volvimos sobre nuestros pasos para ver tranquilamente las grandes avenidas y los magestuosos edificios de Viena. Impresiona ver tanto edificio de dimensiones impresionantes, con decoraciones de época y tan bien conservados, una pasada. Cada paso algún museo, algún edificio, alguna estatua, es flipante la ciudad. No tenemos mucho tiempo y entrar a los museos es complicado así que nos hemos dedicado a disfrutar de la ciudad paseando y caminando por sus innumerables parques.
Cuando ya hemos acabado hasta arriba de edificios, nos hemos decidido a ir a tomar algo. Hemos ido al canal Donau, donde se concentra la mayoría de la juventud para tomar algo por los alrededores. Nosotros nos hemos sentado en un garito que tenía unas hamacas simulando que estuvieras en una playa, hasta arena habían puesto. La verdad es que ha sido bastante agradable tomar unas birras allí, pero para las 21:00 ya hacia un poco de rasca al lado del río. Así que era momento de levantar el ancla y buscar algún sitio para cenar.
No hemos buscado mucho y nos hemos metido en un garito que parecía muy pijo. Bajabas por unas escaleras con alfombra roja y llegabas a un comedor abobedado que en su época sería lujoso, ahora ya era un poco de Cuentame, un quiero y no puedo, un me he quedado viejuno pero aún sirvo para algo, ya sabéis de lo que os hablo. Hemos pedido un par de menús con un nombre impronunciable en alemán. Básicamente era una sopa insulsa de starlus, con una albóndiga hecha de carne de ternera e hígado (esta ultima estaba muy buena), un filete de ternera empanado que también es típico de aquí, Wiener Schnitzel. Mucho nombre pero es un filete de ternera empando algunos snof también lo llaman a la milanesa, que milanesa, ni que que Schnitzel, ni que ostias, EMPANADO joder EMPANADO. Y de poste el famoso strudel de manzana. Tengo que decir que el filete empanado muy bueno, el strudel no estaba mal, para el que no sepa que es un strudel es compota de manzana enrollada en hojaldre más o menos. Y hasta aquí el día de ayer.
Hoy teníamos claro el plan, íbamos toda la mañana al Palacio Schönbrunn, también llamado el palacio de verano de Sisí. Sí, sí (que gracioso soy), ese donde están las flores y demás. Pues nada, hemos cogido el metro y hasta allí. Es fácil llegar hasta allí, sigues a la cantidad ingente de turistas que vamos al mismo lugar, y ya está. Si no llegas a este palacio, llegaras a otro parecido. No te preocupes, que aquí no te vas a ir sin ver un palacio, museo, opera, ...
Hemos llegado allí y la primera en la frente: si quieres ver el palacio por dentro y alguna cosilla más, son 26,5 €/persona. Al principio hemos pensado que, bueno, son un montón de cosas para ver y que, en el Palacio son 40 salas a visitar. Nos ha parecido un poco caro pero, venga ya que estamos en plan cultureta, pues hemos pasado por el aro. El espacio en general es la ostia de grande, verde por todos los lados, flores, árboles, sombra es acojonante, pero de todos los jardines, de pago son 2 mierdas todo lo demás se puede entrar sin pagar, que nos parece de cojones. Así que, nada; hemos estado como dos horas, para arriba, para abajo, mira que fuente más guapa, y mira esta vista. Toda la mañanita viendo flores. Una parte de pago nos ha gustado mucho, el laberinto de setos. Hay 2 que están bien, pero son una chorrada. El tercero ya es un poco más serio y nos ha costado llegar al final; igual hemos estado 20 minutos, ha sido muy divertido. Después de esto, hemos ido a ver el palacio. Se nos ha olvidado deciros que no puedes entrar al palacio cuando quieras, tienes un delay de unas 3 horas. Tu compras la entrada y después de 3 horas puedes entrar a ver el Palacio, así que, hasta las 13:50 no podíamos entrar. Una vez dentro y con la audioguía, hemos estado viendo la infinidad de salas con sus decorados rococós, arañas de cristal y madera e infinidad de cuadros. Eran 40 salas, a mí me han sobrado 38 y 39 explicaciones. Ha sido muy denso todo, en una hora te cuenta la vida de todos los Augsburgo y la decoración de todas las salas, un puto coñazo. En definitiva, si alguien se acerca por aquí, nosotros le recomendamos que venga a ver el Palacio de verano de Sisí, pero que no se le ocurro pagar la entrada, no merece la pena, por lo menos desde nuestro punto de vista. Esta es la mayor TURISTADA hasta ahora.
Un poco cansados, hasta la arriba de decoración rococó y mujeres, hijos y hermanos de la familia real, nos hemos cogido de nuevo el metro y nos hemos ido al centro. Y como en Viena estamos de turistada en turistada, nos hemos dicho, otra más??? y así ha sido. Nos hemos metido en un café de esos caros y nos hemos tomado un café vienes y unas tartas, a sabiendas de que nos iban a clavar. Yo he pedido una tarta sacher, típica de aquí y Monkey N una tarta innombrable. La de Monkey N mucho mas buena que la mía, los cafés sin más, café sólo con nata montada por encima. No os voy a contar lo que nos ha costado porque es de vergüenza, pero ya sabíamos los precios antes de pedirlo.
Una vueltita más centro de Viena y hemos acabado en el barrio judío para tomar unas cañas, por fin a un precio razonable porque era happy hour. Nos hemos tomado 2 tanques buenos de cerveza cada uno y hemos estado más a gusto que un arbusto allí sentados a la fresca.
Con la cerveza en la garganta, nos hemos ido a comprar algo para desayunar mañana y, de paso, hemos ido a buscar algo para cenar. En este impás y después de un litro de birra las vejigas pedían a gritos un baño, así que hemos buscado rápidamente algún sitio para comer y allí se ha acabado la aventura de Viena. Hemos cenado de puta madre, con unas buenas birras y una especie de pizzas y para casa.
Bueno, muchas a gracias a tod@s por seguirnos y a los que no nos habéis seguido aquí estará para leerlo cuando queráis, que no queréis leerlo pues nos parece muy bien. Ale que os la sople un elefante.
Ayer nos levantamos pronto porque a las 9:00 cogíamos un bus dirección Viena. Para las 7:45 estamos esperando a un taxi que llamamos mediante la aplicación Bolt, llego en un minuto y en poco más de 15 estábamos en la estación de autobuses y trenes. La de trenes es de cuando a Jesucristo le pusieron el chupete; la de autobuses ya es de este siglo. No encontrábamos la parada de RegioJet, así que fuimos a preguntarle a una "amable" señora que estaba en la ventanilla de transporte internacional con una amabilidad inaudita:
Monkeys: Perdone sabría decirnos dónde podemos coger este autobús??
"Amable señora": Yo no se nada de donde sale ese autobús.
Monkeys: Pero ...
"Amable": Aquí nadie sabe nada sobre esa compañía.
Básicamente, nos despachó diciendo, otros dos tipos que no compran mis billetes y que, encima, les tengo que decir dónde hay que coger el bus. Es como si estuviera oliendo a mierda todo el día. Joder, que mala baba nos puso, pero borde como ella sola. Salimos y ya con dudas de que fuera allí, empezamos a mirar otra vez por internet y San Google que casi nunca miente nos indicaba que era allí, bueno a unos 20 metros. A lo lejos divisamos en un apartado un bus amarillo, nos acercamos y era allí en ese puto lugar, apartado de la estación central donde paraban los autobuses de RegioJet. Señores de RegioJet o pagáis más para estar en la estación central o ponéis un puto cartel grande para que la gente os pueda encontrar más fácil. Ahí lo dejamos.
3 horas más tarde, estábamos en Viena y no, no ha habido parada en todo el camino; de seguido, como el pasodoble. Al llegar habíamos quedado con el gerente del apartamento en la estación de autobuses, porque nos hacía un "free tour" por la ciudad y nos acompañaba hasta los apartamentos.
Después de un rato charlando con él en la estación de autobuses, nos dirigimos a dejar las cosas al apartamento.
El "free tour" (turistada con el pavo este, dando la murga) duró como unas 3 horas, pero se nos hizo como unas 24. Madre mía que chapa, no sabemos si fue el calor, el cansancio del autobús o el tono de voz, pero se nos hizo eterno. Sí, es verdad que nos hizo un recorrido por "todo" el centro de la ciudad o por los monumentos más característicos de Viena, de una manera más o menos rápida. Pero a nosotros cada minuto se nos hacía horas y no veíamos el momento de que se fuera y nos dejara disfrutar de la ciudad solos. Igual fue que el "free tour" era sólo para nosotros y parece que no te puedes escapar de cualquiera de sus explicaciones, pero se nos hizo un poco bola y, eso que era en castellano. Si llega a ser en inglés, me tiro al Danubio a la primera de cambio. La cosa es que acabamos del tour hasta los huevos. Eran las 17:00 y sin comer nada desde las 8:00 así que, en cuanto se fue, asaltamos el primer garito callejero de salchichas y pillamos unos hot dog. No sabemos si era el hambre o que realmente estaban buenos pero nos supieron a teta, madre mía que buenos. Sentados en un parque a los pies del museo Albertina y al lado de la opera nos comimos los hot dog más buenos de la historia.
Después de descansar un ratillo, volvimos sobre nuestros pasos para ver tranquilamente las grandes avenidas y los magestuosos edificios de Viena. Impresiona ver tanto edificio de dimensiones impresionantes, con decoraciones de época y tan bien conservados, una pasada. Cada paso algún museo, algún edificio, alguna estatua, es flipante la ciudad. No tenemos mucho tiempo y entrar a los museos es complicado así que nos hemos dedicado a disfrutar de la ciudad paseando y caminando por sus innumerables parques.
Cuando ya hemos acabado hasta arriba de edificios, nos hemos decidido a ir a tomar algo. Hemos ido al canal Donau, donde se concentra la mayoría de la juventud para tomar algo por los alrededores. Nosotros nos hemos sentado en un garito que tenía unas hamacas simulando que estuvieras en una playa, hasta arena habían puesto. La verdad es que ha sido bastante agradable tomar unas birras allí, pero para las 21:00 ya hacia un poco de rasca al lado del río. Así que era momento de levantar el ancla y buscar algún sitio para cenar.
No hemos buscado mucho y nos hemos metido en un garito que parecía muy pijo. Bajabas por unas escaleras con alfombra roja y llegabas a un comedor abobedado que en su época sería lujoso, ahora ya era un poco de Cuentame, un quiero y no puedo, un me he quedado viejuno pero aún sirvo para algo, ya sabéis de lo que os hablo. Hemos pedido un par de menús con un nombre impronunciable en alemán. Básicamente era una sopa insulsa de starlus, con una albóndiga hecha de carne de ternera e hígado (esta ultima estaba muy buena), un filete de ternera empanado que también es típico de aquí, Wiener Schnitzel. Mucho nombre pero es un filete de ternera empando algunos snof también lo llaman a la milanesa, que milanesa, ni que que Schnitzel, ni que ostias, EMPANADO joder EMPANADO. Y de poste el famoso strudel de manzana. Tengo que decir que el filete empanado muy bueno, el strudel no estaba mal, para el que no sepa que es un strudel es compota de manzana enrollada en hojaldre más o menos. Y hasta aquí el día de ayer.
Hoy teníamos claro el plan, íbamos toda la mañana al Palacio Schönbrunn, también llamado el palacio de verano de Sisí. Sí, sí (que gracioso soy), ese donde están las flores y demás. Pues nada, hemos cogido el metro y hasta allí. Es fácil llegar hasta allí, sigues a la cantidad ingente de turistas que vamos al mismo lugar, y ya está. Si no llegas a este palacio, llegaras a otro parecido. No te preocupes, que aquí no te vas a ir sin ver un palacio, museo, opera, ...
Hemos llegado allí y la primera en la frente: si quieres ver el palacio por dentro y alguna cosilla más, son 26,5 €/persona. Al principio hemos pensado que, bueno, son un montón de cosas para ver y que, en el Palacio son 40 salas a visitar. Nos ha parecido un poco caro pero, venga ya que estamos en plan cultureta, pues hemos pasado por el aro. El espacio en general es la ostia de grande, verde por todos los lados, flores, árboles, sombra es acojonante, pero de todos los jardines, de pago son 2 mierdas todo lo demás se puede entrar sin pagar, que nos parece de cojones. Así que, nada; hemos estado como dos horas, para arriba, para abajo, mira que fuente más guapa, y mira esta vista. Toda la mañanita viendo flores. Una parte de pago nos ha gustado mucho, el laberinto de setos. Hay 2 que están bien, pero son una chorrada. El tercero ya es un poco más serio y nos ha costado llegar al final; igual hemos estado 20 minutos, ha sido muy divertido. Después de esto, hemos ido a ver el palacio. Se nos ha olvidado deciros que no puedes entrar al palacio cuando quieras, tienes un delay de unas 3 horas. Tu compras la entrada y después de 3 horas puedes entrar a ver el Palacio, así que, hasta las 13:50 no podíamos entrar. Una vez dentro y con la audioguía, hemos estado viendo la infinidad de salas con sus decorados rococós, arañas de cristal y madera e infinidad de cuadros. Eran 40 salas, a mí me han sobrado 38 y 39 explicaciones. Ha sido muy denso todo, en una hora te cuenta la vida de todos los Augsburgo y la decoración de todas las salas, un puto coñazo. En definitiva, si alguien se acerca por aquí, nosotros le recomendamos que venga a ver el Palacio de verano de Sisí, pero que no se le ocurro pagar la entrada, no merece la pena, por lo menos desde nuestro punto de vista. Esta es la mayor TURISTADA hasta ahora.
Un poco cansados, hasta la arriba de decoración rococó y mujeres, hijos y hermanos de la familia real, nos hemos cogido de nuevo el metro y nos hemos ido al centro. Y como en Viena estamos de turistada en turistada, nos hemos dicho, otra más??? y así ha sido. Nos hemos metido en un café de esos caros y nos hemos tomado un café vienes y unas tartas, a sabiendas de que nos iban a clavar. Yo he pedido una tarta sacher, típica de aquí y Monkey N una tarta innombrable. La de Monkey N mucho mas buena que la mía, los cafés sin más, café sólo con nata montada por encima. No os voy a contar lo que nos ha costado porque es de vergüenza, pero ya sabíamos los precios antes de pedirlo.
Una vueltita más centro de Viena y hemos acabado en el barrio judío para tomar unas cañas, por fin a un precio razonable porque era happy hour. Nos hemos tomado 2 tanques buenos de cerveza cada uno y hemos estado más a gusto que un arbusto allí sentados a la fresca.
Con la cerveza en la garganta, nos hemos ido a comprar algo para desayunar mañana y, de paso, hemos ido a buscar algo para cenar. En este impás y después de un litro de birra las vejigas pedían a gritos un baño, así que hemos buscado rápidamente algún sitio para comer y allí se ha acabado la aventura de Viena. Hemos cenado de puta madre, con unas buenas birras y una especie de pizzas y para casa.
Bueno, muchas a gracias a tod@s por seguirnos y a los que no nos habéis seguido aquí estará para leerlo cuando queráis, que no queréis leerlo pues nos parece muy bien. Ale que os la sople un elefante.
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